Sorpresa, expectación y, por sobre todo, incredulidad. Estas son algunas de las reacciones en las diferentes redes sociales que provocó el anuncio de la consultora chilena People & Partners de reducir su jornada laboral a sólo 4 días por semana, incluyendo los viernes como parte del fin de semana hacia sus trabajadores.

La decisión de la empresa nacional se tomó tras realizar estudios en nuestro país y ver los casos en el extranjero donde la jornada de 4x3 ha permitido obtener beneficios para la industria laboral en general, y también consideró el nivel de compromiso, confianza y eficiencia que consiguieron en medio de la pandemia.

Aun así, en nuestro país este tipo de iniciativas aún se miran con lejanía, más cuando atravesamos una importante crisis económica y el empleo ha tendido a estancarse debido a la segunda ola del coronavirus, que frenó los avances conseguidos en el comienzo de este 2021.

¿En qué consiste la propuesta?

Como su nombre lo indica, la consultora chilena decidió declarar los viernes como libres para toda su planta de colaboradores. De esta manera, se han convertido en una de las empresas pioneras en flexibilidad laboral en Chile.

Una propuesta así también viene de la mano con una nueva forma de enfrentar la jornada y las condiciones laborales. Por esto, la Directora Ejecutiva de People & Partners, Janet Spröhnle destacó en el lanzamiento del proyecto que “la idea es medir resultados en función de objetivos y no en base a la cantidad de horas frente al computador”.

De todas formas, en el caso de esta empresa nacional no se ha declarado si el cambio de jornada incluye una modificación en los horarios de trabajo de su planta o si se ha definido algún tipo de compensación con sus colaboradores.

Cabe recordar que actualmente en nuestro país la Ley de Trabajo impulsada en 2019 ya permite que las empresas puedan acordar una jornada de 4 días semanales, modificando los horarios diarios para cumplir las 45 horas semanales que estipula la normativa. Aunque, en este caso, se exige que la decisión sea tomada en conjunto con los trabajadores y no puede ser impulsada unilateralmente.

La propuesta en el mundo

Si bien en Chile este proceso suena novedoso, a nivel mundial es una tendencia que ya había tenido experiencias previas. Por ejemplo, en 2018 la empresa legal neozelandesa Perpetual Guardian hizo un experimento de 8 semanas con jornada laboral de cuatro días, sin aumentar las horas de trabajo de lunes a jueves ni disminuir los sueldos.

Y los resultados fueron muy llamativos. Al ser consultados, los empleados se declararon más felices y más comprometidos con la empresa, mientras que mejoraron los índices de puntualidad y disminuyó el ausentismo laboral. Al mismo tiempo, se redujo la extensión de las reuniones y los descansos en horario laboral fueron más cortos, lo que hizo mucho más eficiente a la empresa.

En España también fue reconocido el caso de la empresa tecnológica DelSol, la que también mejoró sus índices de calidad de vida en sus trabajadores y de desempeño laboral tras haber implementado un sistema de 4x3 con jornadas diarias de 8 horas.

Por esta razón, los gobiernos de ambos países han comenzado a impulsar una jornada semanal con tres días libres entre algunas empresas, situación que se ha extendido a algunas empresas en Estados Unidos y el resto de Europa.

A este respecto, Mario González, Jefe de Marketing de Atcom señala:

"Este tipo de iniciativas, si bien suenan como facilitadoras para el ambiente laboral, no pueden ser aplicadas a todos los rubros y son mas bien segregadoras, ya que es mucho más fácil aplicarlas a profesionales y personas que pueden desempeñarse en trabajos remotos, pero no tan así, a sectores productivos de necesidades básicas."

Los beneficios de una jornada reducida

Al ser una tendencia en crecimiento, la puesta en práctica de la jornada reducida en los casos mencionados ha sido estudiada detalladamente por las empresas, instituciones de seguridad laboral y universidades para medir los impactos que esto podría generar.

Así, el principal cambio que ha ocurrido ha sido la mejora en la calidad de vida que señalan los trabajadores al contar con un día libre más en sus semanas, el que han podido utilizar para estar con sus familias, desarrollar otras actividades o sólo descansar.

También es notoria la mejora del clima laboral dentro de las empresas, aumentando la satisfacción y la felicidad de los trabajadores al propiciar un trabajo más colaborativo y en equipo para poder aumentar la eficiencia y mantener los estándares de calidad, aun reduciendo la jornada laboral.

De esta manera, quienes han llevado a cabo la iniciativa han conseguido adaptarse de mejor manera a las tendencias que el actual escenario social requiere, lo que les ha permitido incluso liderar procesos de captación de nuevos talentos que se han visto atraídos por la jornada reducida.

Adicionalmente, Mario González indica:

"La idea considerada en un ambiente de normalidad, se ve como positiva en lo referente a tener más tiempo para compartir con la familia, pero teniendo en consideración la situación sanitaria actual, los índices de desempleo y la volatilidad social del país, no se ve como una alternativa viable, al menos en el mediano plazo.”

Los puntos que preocupan a los expertos

Como todo proyecto nuevo, la idea de modificar la semana laboral tiene pros, pero también algunos contras al momento de estudiar su ejecución, principalmente cuando se trata de un mundo tan versátil como la industria laboral.

La principal preocupación es que es prácticamente imposible ponerla en marcha en sectores como los servicios básicos, salud, construcción o manufactura, ya que directamente se afectaría el servicio o la producción al disminuir las horas de trabajo. Así, las empresas estarían obligadas a aumentar su dotación de personas, lo que podría generar un impacto negativo en los sueldos.

Al mismo tiempo, la recepción de una medida de esta naturaleza también dependerá de la edad de los trabajadores que se vean beneficiados. Los expertos opinan que muy probablemente, esto no tendría el mismo impacto en los jóvenes, que suelen tener la idea de 'trabajar para vivir' y sabrían usar ese día libre adicional, versus personas de mayor edad, más acostumbrados a 'vivir para trabajar' y que quizás no sabrían qué hacer con ese día extra.

En esta misma línea, los expertos destacan que más que un día libre extra por semana, los trabajadores privilegian la posibilidad de contar con una flexibilidad horaria más amplia, con horarios personalizados y permisos más simples en caso de necesidad.

Acá Mario González agrega:

"Hay que tener mucho cuidado con este tipo de implementaciones, ya que una jornada semanal reducida, debe tener necesariamente una compensación del punto de vista de la productividad, es decir, en una situación de estas, las empresas deberán invertir esfuerzos para que la gente sea más productiva en los días laborales. Según experiencias en otras empresas, una jornada laboral flexible se ve como una mejor alternativa.”

Una propuesta sólida a futuro

Considerando el actual escenario de la industria, donde hemos modificado las formas de trabajar y de ver el trabajo, el aumento de la flexibilidad y la implementación de jornadas reducidas son una buena forma de enfrentar el futuro de cara a conseguir empresas con mayor efectividad y, al mismo tiempo, con mayor compromiso y efectividad por parte de sus colaboradores.

La tendencia mundial en el trabajo ha ido transformándose para poner como prioridad a las personas y su calidad de vida dentro y fuera de las empresas, por lo que estas iniciativas pueden ayudar a conseguir mejores resultados económicos y sociales en la industria, si se llevan a cabo de forma responsable y preparada.