La crisis inflacionaria que atraviesa el país se puede ver en diversos aspectos, como el aumento de los precios de la canasta básica, servicios, transporte o combustible. Pero, junto al aumento del Índice de Precios al Consumidor (IPC), el alza en el precio de la Unidad de Fomento (UF) también genera estragos en la economía familiar en nuestro país.

A modo de historia, la UF fue creada en 1967 como una unidad de conversión monetaria que permitiera proteger de la inflación los contratos financieros tradicionales, como créditos o depósitos a plazo, además del mercado inmobiliario, especialmente los créditos hipotecarios, reajustándose diariamente de manera proporcional a la variación que muestra el IPC del mes anterior. El problema es que, a su vez, este sistema no entrega protección al consumidor, quien finalmente recibe todo el efecto de la variación.

Esto quiere decir que, si el IPC es de 3% en el mes de agosto, el valor de la UF aumentará en un 3% si consideramos el principio y el fin de mes en septiembre, monto que se repartirá de manera equitativa en los días del mes.

Actualmente, al 22 de agosto de 2022, la UF tiene un valor de $33.700, cifra que debería aumentar en 136 pesos para fin de este mes. De esta forma, se consolidaría un alza de $3.000 desde el inicio de este año y de más de 5 mil pesos si consideramos el comienzo de la emergencia sanitaria en marzo de 2020, mostrando la escalada inflacionaria en el país, histórica si consideramos los últimos 35 años.

Este aumento se explica por el alza de un 18,2% en el IPC en el mismo período. Pero ¿cómo afecta esto directamente al bolsillo de los chilenos?


Aumenta el precio de la vivienda y la educación

Uno de los principales problemas que trae un aumento tan fuerte en la UF es el alza que viven los precios de las viviendas, ya sea al comprar o arrendar un inmueble.

Actualmente, los créditos hipotecarios en el país se cotizan en UF, por lo que el pago mensual varía de forma proporcional cada mes. Así, los dividendos que paga un futuro propietario han aumentado en cerca de un 20% en un periodo de dos años. Por ejemplo, una persona que comenzó pagando $300.000, actualmente paga $360.000. Por esto, los expertos señalan que no es un buen momento para conseguir créditos hipotecarios.

Así mismo, la gran mayoría de los arriendos en el país tienen reajustes trimestrales, semestrales o anuales con relación a la variación del IPC y la UF, haciendo que el dinero mensual que recibe cada trabajador se haga cada vez menos.

Situación similar ocurre con los créditos universitarios o el pago de colegiaturas firmadas en UF, que también han aumentado en el mismo porcentaje que los hipotecarios.


Efectos de la inflación en el día a día de las personas

Si bien el mercado inmobiliario o los gastos en educación pueden verse de manera lejana para algunas personas, el alza inflacionaria influye en gran parte de los costos de la vida diaria de las personas.

Por ejemplo, sólo en julio el costo del transporte tuvo un aumento del 3,4%, mientras que los alimentos aumentaron en cerca de un 2%.

Si bien estas cifras pueden parecer menores, al sumarse unas con otras o, más aún, al ver las variaciones a largo plazo, estos aumentos pueden terminar considerando un importante problema a las personas, ya que la mayoría de los sueldos no varía según el IPC o la UF.

Por esto se dice que el dinero “vale menos” que, en el periodo anterior, ya que con un mismo monto se pueden comprar menos víveres o se hace más difícil pagar los servicios básicos.

Incluso, la salud se vuelve más cara, principalmente para aquellas personas que hoy se encuentran afiliadas a una Isapre y que se atienden en el sistema privado de salud, ya que los precios de los planes también se cobran en UF.


¿Cómo hacer frente a la inflación?

Si consideramos que todas las expectativas de los expertos van en la línea de que el alza en la inflación se mantendrá en los próximos meses ¿cómo trabajadores debemos buscar formas de enfrentar este incremento?

En un escenario ideal, si las personas cuentan con un ahorro o tienen un monto mensual que puedan destinar a éste, se recomienda buscar tipos de ahorro en UF, como cuentas de ahorro o algunos tipos de depósito a plazo, sistemas con los que se puede garantizar que el monto ahorrado inicialmente mantendrá su valor a futuro.

En este mismo escenario, la recomendación es evitar aquellos créditos cuya deuda sea en UF, prefiriendo aquellos productos financieros que suscriben la deuda en pesos.

Así mismo, se recomienda buscar otros instrumentos como Fondos Mutuos, en los cuales existen opciones que garantizan un reajuste proporcional al precio de la UF por un periodo de tiempo, además de ser los productos que actualmente presentan una mejor relación de rentabilidad, considerando la amplia oferta existente.

Cosa distinta ocurre con la inversión en dólares, ya que la intervención del Banco Central ha disminuido su precio y la volatilidad mostrada en las siguientes semanas hace más riesgosa esta inversión en un mediano plazo.

En todo caso y a manera de resumen, el consejo general de los expertos es un llamado al ahorro. No son buenos tiempos para aumentar los gastos y por lo tanto, la austeridad económica es un camino alternativo para al menos mitigar en parte el alza de la UF y la inflación en general.