Una preocupación constante dentro del mundo laboral es el impacto que las tareas realizadas día a día pueden tener en cada trabajador y en su salud. Por ejemplo, las tareas físicas pueden influir en lesiones, o una sobrecarga de trabajo puede conllevar problemas de estrés en cada colaborador.

Pero otro de los puntos donde el trabajo puede afectar a las personas es en su salud cognitiva, principalmente en los casos de los trabajadores que realizan tareas rutinarias. Un estudio reciente de la Universidad de Oslo en Noruega, ha puesto de relieve el impacto negativo que este tipo de labores pueden tener en la salud cognitiva, pudiendo aumentar el riesgo de deterioro cognitivo hasta en un 66%.

¿Por qué los trabajos repetitivos afectan a la salud?

Una de las razones principales detrás de este hallazgo es la falta de injerencia en las decisiones laborales, incluso en aquellas que no conllevan gran responsabilidad. En entornos donde las tareas están altamente estandarizadas y los empleados tienen poco margen para influir en el proceso de trabajo, se reduce la estimulación mental y la capacidad de mantener la agudeza cognitiva a largo plazo.

Otro factor relevante es la incapacidad de buscar nuevas soluciones para completar las tareas. Los trabajos rutinarios a menudo limitan la creatividad y la capacidad de encontrar enfoques innovadores para resolver problemas, lo que puede llevar a una disminución en la flexibilidad cognitiva y una mayor propensión al estancamiento mental.

Esta incapacidad de poder influir también genera una falta de sentido en cuanto a las tareas que se realizan. Cuando las labores cotidianas carecen de un propósito claro o no se percibe su relevancia, la motivación disminuye y el ánimo del trabajador puede cambiar negativamente, lo que afecta a la salud mental y cognitiva a largo plazo.

Todas estas situaciones ocurren ya que la falta de desafíos para el cerebro tiene un impacto importante en la salud cognitiva y en la capacidad futura que tendrá la memoria de cada persona.

Por esto, es esencial reconocer que hacer que el cerebro trabaje, enfrentándolo a nuevos desafíos y estimulando su actividad, es crucial para mantener una salud cognitiva óptima y prevenir el deterioro cognitivo asociado con trabajos rutinarios.

La intervención de la Inteligencia Artificial como posible solución

Otro aspecto donde los trabajos rutinarios impulsarán un cambio importante en la industria es en el uso de nuevas tecnologías. Con el avance de la Inteligencia Artificial, existe una creciente posibilidad de que estas tareas repetitivas sean reemplazadas por sistemas automatizados, algo que ya ocurre en algunos sectores, lo que podría transformar radicalmente la naturaleza del trabajo tal como lo conocemos.

Una de las ventajas potenciales de esta transición es la liberación de los trabajadores de tareas monótonas y repetitivas, lo que evitaría los efectos negativos en la salud cognitiva de las personas al permitir que sus tareas se centren en actividades más creativas, estratégicas y significativas.

Además, la IA podría aumentar la eficiencia y la precisión en la realización de las tareas rutinarias, lo que podría traducirse en una mejora en la calidad del trabajo y una reducción de errores.

De todas formas, estos cambios también implican la necesidad de generar un aprendizaje de estas herramientas y el aumento en la capacidad de especialización de los trabajadores para que puedan responder a estos desafíos de manera óptima.

Este es uno de los desafíos significativos de la transformación digital en el mundo laboral. La automatización de trabajos rutinarios podría resultar en la pérdida de empleos para muchas personas cuyas habilidades se centran en esas tareas específicas, generando desempleo, desigualdad económica y social si no se implementan medidas adecuadas para garantizar una transición justa y equitativa hacia nuevos modelos laborales.

Por esto, en la actualidad las herramientas digitales se han enfocado en realizar tareas que requieran una alta dosis de procesamiento de datos y decisiones basadas en reglas predefinidas. Esto incluye trabajos en sectores como la manufactura, la logística, la atención al cliente y la contabilidad, donde gran parte del trabajo puede estandarizarse y automatizarse.

Considerando los efectos adversos de los trabajos rutinarios en la salud mental y cognitiva de los trabajadores, junto con el creciente impacto de la inteligencia artificial en el mercado, se puede anticipar como la relación entre estos dos aspectos jugará un papel crucial en la configuración de la industria en el mediano y corto plazo.

Si bien la automatización puede aliviar la carga de tareas repetitivas, también plantea desafíos en términos de capacitación, especialización y desempleo. Sin embargo, este cambio de paradigma también ofrece la oportunidad de redirigir los esfuerzos hacia actividades más creativas y significativas.

En este contexto, es esencial adoptar políticas y estrategias que fomenten una transición justa y equitativa hacia una nueva era laboral, donde la inteligencia artificial y el potencial humano se complementen para impulsar el progreso y el bienestar de la sociedad en su conjunto.