Los nuevos formatos de trabajo han ganado un espacio cada vez más grande dentro de la industria laboral. El teletrabajo o las jornadas híbridas son bien vistas por un gran grupo de colaboradores, especialmente aquellos más jóvenes y cuyos trabajos están más relacionados al mundo virtual.

La transformación digital del trabajo ya es un proceso en vías de consolidación. Pero, como toda transformación, también genera dudas y resistencia por parte de algunos actores de la industria, principalmente a la hora de controlar el trabajo realizado por los colaboradores y el cumplimiento de las jornadas laborales pactadas con anterioridad.

En este escenario, algunas empresas han decidido dejar de lado el control horario para pasar a una revisión de objetivos y resultados por parte de sus colaboradores. En tanto, otras han preferido utilizar sistemas de control efectivo para aquellas personas que no se encuentran en el espacio laboral fijo junto a sus supervisores.

"Siempre es bueno tener al menos una idea del desempeño de las personas que están teletrabajando. Si bien puede parecer una muestra de desconfianza, no es menos cierto que las personas se comportan de distintas maneras y en muchas ocasiones puede haber desviaciones en los desempeños laborales"

, destaca Mario González, Jefe del Área Desarrollo Devop de ATCOM.

¿Cómo medir el desempeño en la era del teletrabajo?

Si bien existen diversas formas de llevar un control del trabajo de los colaboradores que se encuentran fuera de la oficina, una de las más comunes son los sistemas de lista de tareas, algo recomendado en tendencias laborales ligadas a las metodologías ágiles, ya que permiten saber qué tareas realiza cada miembro del equipo y el estado de avance de estas.

Esto se puede lograr mediante reuniones periódicas o un software digital que lleve un control de las tareas señaladas por un supervisor o por el mismo colaborador, definiendo avances esperados y plazos de cierre para cada tarea.

Ligado a esto, aparece la posibilidad de llevar el control a través de una medición de objetivos específicos, donde empleadores y colaboradores podrán definir un número de actividades, algo que puede funcionar mejor en aquellas tareas más repetitivas, como áreas de soporte o servicio al cliente.

En esta línea, Mario González agrega que

"si una persona está teletrabajando, es debido a que sus funciones permiten que sea independiente en su quehacer del día a día. Si lo que se persigue es mejorar o, al menos, mantener el rendimiento, el giro más obvio es colocar metas u objetivos que deba cumplir la persona, más que completar jornadas"

Software de control: ¿positivo o negativo para los trabajadores?

A pesar de que la industria ha girado cada vez más hacia los objetivos o metas, aún existen empresas que prefieren realizar sistemas de control estricto de cara a sus colaboradores, principalmente con software que controla el uso de las herramientas como computadores o smartphones.

Estos programas pueden llevar un monitoreo de las actividades realizadas, software utilizado, páginas web visitadas o incluso movimientos de mouse y uso de teclado, entregando una gran cantidad de datos para que los empleadores puedan saber si los colaboradores aprovechan su jornada laboral de manera óptima.

Pero estos sistemas también tienen un punto negativo, ya que marcan una distancia clara entre los trabajadores y sus supervisores, generando desconfianza y una sensación de control constante que puede llevar a un menor desempeño.

"El hecho de que las personas sepan que las están controlando, impacta siempre negativamente. Se genera desmotivación y falta de confianza en la empresa. Además, estos bloqueos no evitan que la gente siga accediendo a sitios o programas a través de sus teléfonos o si están en casa, pueden utilizar más de un computador"

, puntualiza el Jefe del Área Desarrollo Devop de ATCOM.

¿Cómo relacionar el control con la confianza hacia los colaboradores?

Uno de los principales desafíos que ha traído esta transformación en el mundo del trabajo es la necesidad de llevar un control de las labores de cada colaborador sin que eso merme la confianza de los distintos miembros de un equipo de trabajo.

Por esto, lo recomendable es definir objetivos específicos considerando las funciones de cada colaborador, como señala Mario González.

"Por ejemplo, un grupo de ingenieros puede medirse por los avances en las etapas de un proyecto (objetivos) e incluso pueden ser horarios libres, pero las personas que atienden teléfonos, o los que cargan cajas en una bodega o que atiendan público, es más adecuado que sean medidos por sus jornadas horarias, Es decir, la medición de la productividad está estrechamente ligada al tipo de trabajo, ambiente, comportamiento o cultura, entre otras"

De esta manera, los empleadores podrán llevar a cabo un control real de las tareas realizadas, manteniendo la productividad de la empresa y sin afectar el bienestar de los trabajadores y la calidad de su trabajo.