Uno de los cambios más importantes que podría vivir el mundo laboral a partir del año 2023 en nuestro país, es la modificación a la jornada laboral con el proyecto que propone reducir la misma a 40 horas semanales con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los trabajadores y fomentar un equilibrio entre los periodos de trabajo y descanso de los colaboradores.
Actualmente, la propuesta se encuentra en etapa de discusión y debate en la comisión de Trabajo del Parlamento, donde han aparecido diversas indicaciones que buscan evitar que la reducción de horas laborales afecte negativamente a la productividad y la competitividad de la economía nacional.

De esta manera, se ha logrado un acuerdo en el énfasis de que este proyecto, además de reducir la jornada, debe lograr un aumento en la eficiencia y la productividad a largo plazo, al permitir a los trabajadores estar más descansados y motivados.


¿Qué se ha aprobado del proyecto?

En medio de la discusión parlamentaria, la cámara ya ha llegado a acuerdo a la cantidad de horas propuestas en la nueva jornada laboral, además de modificar la regulación de control de asistencias, incluyendo los sistemas electrónicos para marcar asistencia en los distintos lugares de trabajo. Asimismo, se ha planteado una regulación mayor a la hora de revisar lo que ocurre con las jornadas excepcionales de trabajo, entregando mayor estabilidad para trabajadores y empleadores, evitando negociaciones perjudiciales para ambos.

A su vez, desde el hemiciclo ya se acordó trabajar en una nueva regulación para aquellos trabajadores que cuentan con contratos de trabajo asociados al artículo 22 del Código del Trabajo, reduciendo la posibilidad de la aplicación de este artículo, evitando que crezca la cantidad de trabajadores sin jornada laboral.
En la misma línea, los parlamentarios decidieron que la jornada parcial de trabajo, incluyendo a aquellos trabajadores que cuentan con un contrato por un máximo de 30 horas semanales, se mantenga fuera de la discusión actual, más aún si se considera que estos contratos podrían apoyar la transición a la nueva jornada.


Regulación en áreas especiales

A diferencia de lo que ocurre con la normativa actual, el proyecto de 40 horas busca ser extensivo a la mayor parte de la industria laboral en Chile, algo que ha llevado a que se busquen alternativas en sectores como el agro, la hotelería y las asesoras del hogar, entre otros. En el caso del mundo agrícola, se buscará que la jornada laboral se pueda reducir de forma proporcional para que se ajuste al nuevo reglamento, algo similar a lo que se buscará en el caso de los trabajadores de servicios aéreos y de transporte, cuyo promedio mensual no deberá superar las 40 horas semanales.
En tanto, en el mundo hotelero, la nueva normativa garantizará que la jornada se reduzca a las 40 horas semanales, ya que actualmente esta industria cuenta con una jornada especial de 60 horas semanales, la que será suprimida.


4 días de trabajo, pero más horas diarias

En pos de regular la nueva relación laboral que traería consigo la implementación del proyecto de 40 horas semanales, la propuesta más importante sobre el cambio de jornada es la posibilidad de implementar una semana laboral de 4 días en lugar de los 5 actuales, situación que podría permitir reducir el tiempo de trabajo y mejorar la calidad de vida de los trabajadores. En esta línea, la jornada pasaría a tener un máximo de 10 horas diarias, algo que ya está permitido en la normativa actual. Así, las personas pasarían a tener tres días libres a la semana, pero aumentando las horas de trabajo diarias en aquellos casos en que se tiene una jornada de menos de 10 horas diarias.
Sin embargo, aún existen dudas sobre la implementación de esta propuesta, ya que las autoridades no han definido ni aclarado si esta situación tendrá carácter obligatorio o podrá ser negociado entre los trabajadores y su empleador, como se propuso originalmente.


¿Cómo ejecutar el cambio de jornada sin perder productividad?

Si bien hay un acuerdo transversal en que la implementación de la nueva ley debe darse de forma gradual luego de su esperada aprobación, las autoridades y el mundo laboral siguen buscando formas para que esta reducción no conlleve problemas a la hora de revisar la productividad de las empresas. De hecho, la principal preocupación en el ámbito de los empleadores, es el aumento directo que sufriría el costo de la mano de obra, ya que las empresas tendrían que contratar más trabajadores para cubrir las mismas horas de trabajo. Esto sin considerar que el proyecto no incluye una rebaja salarial asociada a la reducción de la jornada.

Por esto, han surgido ideas como el aumento del uso de tecnologías para aumentar la productividad y permitir una mayor eficiencia en el trabajo. La automatización y la robótica, por ejemplo, podrían permitir a las empresas aumentar la producción con menos horas de trabajo humano, lo que podría compensar la reducción de horas laborales.

Adicionalmente, las autoridades han planteado la necesidad de abrir una negociación en el caso de algunas empresas que necesiten ejecutar jornadas excepcionales de trabajo, promoviendo la posibilidad de que trabajadores y empleadores puedan compensar las horas extras por días adicionales de vacaciones. De esta manera, se propondrá la realización de un acuerdo anual que podría llegar hasta un máximo de cinco días de feriado legal adicionales para el trabajador.