Tal como se había anticipado hace algunos meses, Chile nuevamente se encuentra en un complejo escenario en materia laboral. Las últimas cifras entregadas por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) revelaron que el desempleo alcanzó un 8,9% a nivel nacional, lo que enciende las alertas sobre la salud del mercado del trabajo. Esto se suma a un crecimiento lento, las fuertes presiones inflacionarias persistentes y una situación fiscal ajustada que ha obligado al Estado a reducir su capacidad de inversión.

El panorama internacional tampoco ayuda. La desaceleración global y las tensiones económicas externas continúan golpeando las proyecciones nacionales, aumentando la incertidumbre y dificultando la creación de nuevos empleos.

El desempleo no solo afecta a quienes buscan trabajo sin éxito, sino que también genera un clima de inseguridad en los trabajadores activos, limitando el consumo y agudizando la desigualdad. Por esto, entender las causas, los impactos y las posibles estrategias para enfrentar este fenómeno se vuelve clave para los trabajadores, las empresas y los responsables de políticas públicas.

El panorama actual del desempleo en Chile

Según el INE, más de 850 mil personas están actualmente desempleadas en el país. Las razones son múltiples: la ralentización de sectores como la construcción y el comercio, el término de proyectos de inversión pública, y una menor actividad económica generalizada. Esto representa no solo un aumento sostenido respecto a trimestres anteriores, sino también un síntoma claro de que el mercado laboral enfrenta un momento complejo, con señales de desaceleración y menor capacidad de absorción de mano de obra.

La informalidad también se mantiene elevada, superando el 27% en algunas regiones, lo que refleja la dificultad de muchas personas para acceder a empleos estables con contrato y seguridad social. Al mismo tiempo, hay sectores económicos que muestran signos de estancamiento o recorte de personal, como la construcción, el comercio minorista y parte de la industria manufacturera.

Desde el mundo académico y económico se han planteado diversas causas que explican este aumento, como una situación fiscal compleja, bajo crecimiento del PIB, una inversión privada que aún no despega del todo y la persistente incertidumbre internacional.

En este escenario, uno de los grupos más afectados es la fuerza laboral femenina. Aunque la participación laboral de las mujeres ha aumentado en los últimos años, siguen siendo más afectadas por la desvinculación, muchas veces debido a roles de cuidado no remunerados y la baja flexibilidad del mercado para compatibilizar trabajo y vida personal.

En paralelo, existe un fenómeno silencioso pero creciente, como es el desempleo oculto, compuesto por personas que han dejado de buscar trabajo activamente al no encontrar oportunidades acordes a su perfil. Esto implica que la cifra real de personas sin empleo podría ser aún mayor de lo que reflejan los números oficiales.

Considerando estas razones, se vuelve urgente no solo implementar políticas públicas más eficaces, sino también que los propios trabajadores y trabajadoras puedan contar con herramientas concretas para adaptarse, reconvertirse y volver al mercado laboral en mejores condiciones.

¿Qué pueden hacer las personas para enfrentar el desempleo?

Ante este escenario desafiante, adoptar una actitud proactiva es fundamental. Más allá de la frustración que puede generar estar sin trabajo, es clave transformar ese momento en una oportunidad de aprendizaje y crecimiento.

A continuación, compartimos algunas estrategias que pueden ayudarte a enfrentar esta etapa con más herramientas y claridad de rumbo.

Actualizar competencias de manera constante

Una de las formas más efectivas para enfrentar el desempleo es mantener una actitud activa de actualización. En un mercado cada vez más competitivo, contar con nuevas herramientas digitales, habilidades blandas desarrolladas o certificaciones específicas puede marcar la diferencia.

Hoy existen múltiples cursos gratuitos o de bajo costo en línea, además de programas de capacitación financiados por el Estado o por empresas privadas. Aprovecharlos no solo mejora las posibilidades de empleabilidad, sino que también muestra iniciativa, algo que muchas organizaciones valoran.

Explorar nuevas industrias y modelos de trabajo

La transformación económica ha abierto oportunidades en sectores que antes no eran tan visibles. Logística, tecnología, servicios de atención remota, salud domiciliaria, sostenibilidad, entre otros, son áreas con alta demanda de trabajadores.

Además, muchos profesionales están optando por trabajos freelance o part-time, como forma de adaptarse a las nuevas condiciones del mercado, ya que modelos permiten mayor flexibilidad y pueden ser una alternativa temporal mientras se encuentra un empleo más estable.

Acudir a redes de apoyo y plataformas laborales confiables

El aislamiento puede ser uno de los peores enemigos cuando se atraviesa una etapa de desempleo. Por eso es importante activar las redes personales, profesionales y digitales. Por ejemplo, es importante la comunicación con antiguos colegas, participar en comunidades laborales, postular en plataformas de empleo reconocidas y mantener actualizados el currículum y perfil de LinkedIn.

También es recomendable inscribirse en programas municipales de intermediación laboral o en ferias de empleo, tanto presenciales como virtuales.

Considerar los servicios transitorios como una alternativa real

En momentos de incertidumbre, muchas empresas prefieren contratar mediante servicios transitorios o recurrir a empresas de outsourcing. Esto ha provocado un alza en la externalización laboral, que se ha transformado en una oportunidad para muchas personas desempleadas.

A través de estos servicios es posible acceder a empleos formales, con contrato, protección legal y experiencia concreta que luego puede facilitar la obtención de un puesto fijo. Además, trabajar en diferentes empresas por periodos definidos permite ampliar la red de contactos y adquirir habilidades en diversos contextos.

Mantener la motivación y cuidar el bienestar propio

Buscar trabajo puede ser un proceso agotador y emocionalmente desgastante. Por eso, es importante mantener rutinas saludables, establecer horarios y objetivos diarios, y reconocer pequeños logros.

El bienestar emocional influye directamente en el desempeño durante entrevistas, la redacción de un currículum y la toma de decisiones. Si es necesario, se puede buscar apoyo en programas gratuitos de contención psicológica o redes comunitarias. La actitud con la que se enfrenta este desafío puede marcar una gran diferencia.

En tiempos complejos como el actual, buscar trabajo no es solo una necesidad, también puede ser una oportunidad para reconectarse con los intereses propios, generar una reinvención profesional o explorar caminos que antes no se habían considerado.

En ATCOM estamos comprometidos con ayudarte en ese proceso. Por esto, te invitamos a revisar todas las ofertas laborales disponibles en nuestro sitio web.