Los cambios que hemos experimentado en la industria laboral en los últimos meses han generado grandes ventajas en medio del contexto de la pandemia, pero también han generado modificaciones a algunos aspectos básicos del día a día en los equipos de trabajo.

Si bien la tecnología nos ha entregado la posibilidad de trabajar a distancia manteniendo la relación entre los miembros de un equipo, es innegable que la calidad de esta relación se ha mermado en el actual escenario.

La convivencia diaria de un promedio de 8 horas entre compañeros de trabajo ha derivado a la posibilidad de enviar mensajes de texto o realizar reuniones con alguna herramienta digital, perdiendo la capacidad de verse de manera presencial, entender las necesidades del otro y comprender el ambiente real de trabajo.

"En general ha habido cambios, principalmente en aquellos rubros en los cuales se ha incrementado el teletrabajo. Pero esto también ha traído efectos importantes. Si bien las personas pasan más tiempo con sus familias, también es cierto que el teletrabajo se vuelve más invasivo, haciendo que las jornadas no tengan un inicio y un término definido. En los trabajos que son presenciales, también ha habido un cambio en la relación ya que no hay tanta libertad para reunirse en forma amistosa, por ejemplo. En ambos casos, las relaciones laborales se han afectado ya que los grupos se han separado y las convivencias han tendido a tornarse más distantes"

destaca Mario González, jefe del área de Marketing de ATCOM.

Las dificultades de entendernos a distancia

La capacidad o posibilidad de exteriorizar las emociones en un ambiente de trabajo siempre ha sido un tema de estudio en el mercado. Antes se consideraba que las emociones debían quedar fuera de las labores diarias, pero esta situación ha evolucionado haciendo la relación laboral mucho más cercana y, por sobre todo, más humana.

En la relación que se genera entre los miembros de un equipo de trabajo existen ciertos parámetros o reglas que se deben seguir, dependiendo del lugar y las características de cada trabajo.

Pero el teletrabajo ha hecho que estos parámetros se hayan vuelto más difusos al no poder ver las reacciones, el interés, la intención y el entendimiento que genera cada mensaje. Y esto ha hecho que vuelvan a estar presentes prejuicios como el sesgo de género e, incluso racial, entre pares.

Aún así, Mario González considera que el principal problema ha sido la ruptura de los lazos afectivos que se generaban en un espacio de trabajo, ya que

"La cercanía entre las personas, el lazo afectivo (o distante) que se genera en el día a día cuando las personas se ven a diario se ha tornado más difuso, más débil. En ese aspecto, que se puede considerar más humano y natural, creo que la tecnología queda corta para reemplazar la relación presencial diaria"

Esto conlleva a otra situación: Al no existir esta experiencia o cercanía entre pares o con las jefaturas, se pueden generar situaciones que se consideren erróneas al momento de dar a conocer sus sentimientos, de relacionarse o comunicar algunas órdenes dentro de un equipo. Incluso, estas situaciones se pueden dar al momento de considerar nuevas tradiciones o experiencias que los trabajadores que llegan del extranjero tratan de llevar a cabo en sus equipos.


¿Qué hacer para mejorar la comunicación en el actual escenario?

Una de las tareas más importantes que deben llevar a cabo las empresas y, directamente, las personas que tienen equipos a cargo, es la de mantener a sus equipos trabajando en conjunto, manteniendo la buena relación entre los miembros y el entendimiento y apoyo necesario para conseguir las metas impuestas.

Esto va de la mano con las nuevas tendencias laborales a la hora de elegir un espacio de trabajo, ya que está demostrado que los colaboradores muchas veces privilegian la relación y el ambiente laboral por sobre aspectos económicos.

"Las empresas tienen una gran tarea al respecto. Deben seguir por la senda de ofrecer algo más que incentivos monetarios. Es importante contar con ambientes de distensión, actividades de recreación o relajo, sobre todo en aquellos trabajos de gran presión intelectual"

puntualiza el jefe del área de Marketing de ATCOM.

En esta línea, las pausas activas y el impulso a actividades extralaborales actúan de forma positiva en los colaboradores, teniendo un alto impacto en la forma en la que las personas ven y viven su espacio de trabajo, algo que va mucho más allá de un incentivo como un bono o un vale por alimentos. “Esas actividades ayudan a distender las presiones naturales del trabajo y con ello, a mejorar las relaciones entre las personas”, argumenta González.

Al mismo tiempo, es bueno que los líderes de los equipos siempre estén atentos a posibles conflictos o desacuerdos, participando activamente en la resolución de estos problemas actuando de manera justa y poniendo como objetivo principal el bienestar de los trabajadores y los objetivos laborales del equipo.

De esta manera, no sólo generamos trabajadores contentos, sino que se aumenta el compromiso y el bienestar de cada persona dentro de los espacios de trabajo, lo que optimiza la relación laboral y la forma en la que las personas realizan sus tareas.