Uno de los temas en los que se ha enfatizado el análisis en el actual escenario en el que se encuentra el mundo laboral de nuestro país es la brecha de género que aún existe entre los trabajadores chilenos.

Y es que, a pesar de los avances en materia de género y los esfuerzos realizados por las autoridades, la pandemia recrudeció esta situación debido a que muchas mujeres debieron asumir roles hogareños por la falta de trabajo, el encierro de las familias y el cuidado de los hijos. Según datos del Ministerio de la Mujer, el confinamiento hizo perder 10 años de progresos sobre brecha de género.

De hecho, un informe publicado a principios de este mes situó a Chile en el lugar 31 en brecha laboral entre los 33 países pertenecientes a la OCDE, destacando los problemas de participación laboral y brecha salarial existentes para la fuerza laboral femenina en el país.

Según expertos esta situación no sólo viene con las diferencias en el acceso a la educación superior, sino que radican incluso en la crianza, educación y cultura social que ha tenido Chile en las últimas décadas, algo que ha ido quedando atrás en la actual generación que ingresa al mundo laboral.

¿Cuál es el escenario actual en nuestro país?

Al ver datos generales en América Latina, Chile es uno de los países que más ha cerrado la brecha social entre hombres y mujeres, considerando empoderamiento, nivel educacional, salud y participación económica.

De hecho, Chile fue uno de los pioneros en la región en implementar la Ley de Cuotas de género en candidaturas parlamentarias, aunque aún no se llega a números de paridad en ninguna de las cámaras del país.

En la misma línea, el actual Gobierno liderado por Gabriel Boric promovió de manera voluntaria la paridad al convertirse en el primer Ejecutivo con un Gabinete compuesto en su mayoría por mujeres.

De todas formas, estas instancias no han generado grandes cambios a nivel laboral, instancia que se vio frenado por la pandemia y no sólo en chile. Expertos señalan que la emergencia sanitaria y el confinamiento hicieron retroceder tres décadas del avance del mundo femenino en el mercado laboral a nivel mundial.

Por esto, también se ha impulsado la Iniciativa de Paridad de Género Chile, una alianza que une al sector público y privado bajo el propósito de modificar los escenarios sociales y laborales, para así acordar las brechas económicas de género, promoviendo la participación y el progreso de las mujeres en la industria laboral.

¿Cómo enfrentar la brecha de género laboral en el país?

Uno de los primeros puntos que señalan los expertos en la necesidad de fortalecer las acciones de apoyo a la inserción laboral de las mujeres, puntualizando en mejoras sistémicas para permitir un desarrollo real en el trabajo femenino.

Así mismo, se abre la necesidad de promover el ingreso de las mujeres a carreras de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM por sus siglas en inglés), debido a que estas áreas son las que están llamadas a liderar la transformación de la industria del trabajo de cara a los próximos años.

En la misma línea, considerando la modernización social que vivimos, se encuentra la necesidad de fortalecer las redes de apoyo a las mujeres que actualmente cumplen un rol de cuidadoras de su familia al momento en que quieran insertarse o regresar al mundo laboral, promoviendo garantías como salas cuna y guarderías.

Tampoco se debe dejar de lado una definición legal que evite la brecha salarial, obligando a que los sueldos recibidos por hombres y mujeres se asocien al cargo que utilizan, responsabilidades y horarios que cumplen, y no al género al que pertenecen.

A su vez, se ha propuesto leyes o reglamentos que permitan definir una cuota de participación femenina en altos cargos dentro de empresas públicas y privadas, ya sea gerencias o directorios.

De esta manera, se debe entender que la lucha para acortar las brechas de género en el país, ya sean laborales, económicas o de participación deben trabajarse como un conjunto de leyes que entreguen protección y beneficios, pero acompañadas de un cambio en la visión social de la mujer y la importancia que tienen ellas en el mundo laboral.

Así, se podrá integrar de manera transversal al mundo femenino en la industria del trabajo, entendiendo sus necesidades y responsabilidades.