El pasado 1 de mayo, mientras cientos de trabajadores conmemoraban el Día Internacional del Trabajador en todo Chile, el Gobierno y la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) anunciaron un acuerdo: un nuevo aumento del sueldo mínimo, que contempla dos etapas de reajuste en los próximos meses.

El debate sobre el salario mínimo ha estado presente de forma constante en los últimos años, especialmente en contextos de inflación, aumentos en el costo de la vida y demandas de mayor equidad laboral. Este nuevo entendimiento entre el Ejecutivo y la CUT busca dar una señal de avance y protección a los hogares más vulnerables del país, además de sentar las bases para una evolución progresiva en las remuneraciones mínimas.

Aunque la noticia fue recibida con entusiasmo por algunos sectores, es importante aclarar que, por ahora, se trata de un acuerdo preliminar que todavía debe ser aprobado por el Congreso Nacional para convertirse en ley.

¿Qué contempla el acuerdo entre el Gobierno y la CUT?

El acuerdo establece que el sueldo mínimo aumentará de forma escalonada. En primer lugar, el sueldo aumentaría desde los actuales $510.626 a $529.000 a partir de la aprobación del acuerdo en el Parlamento, lo que representa un incremento del 3,6%. Luego, a partir del 1 de enero de 2026, se contempla un nuevo incremento que lo elevaría a $539.000 brutos.

Este ajuste responde a una negociación directa entre el Ministerio de Hacienda, el Ministerio del Trabajo y la CUT en los últimos días. Según lo señalado por las autoridades, el objetivo es mantener los aumentos graduales que se han dado en los últimos meses, para permitir que el poder adquisitivo de los trabajadores aumente sin generar un impacto desmedido en la capacidad de las pequeñas y medianas empresas.

En la propuesta también se consideraron factores como la evolución de la inflación, las proyecciones económicas y los datos de empleo, todo esto con el propósito de evitar efectos colaterales en la creación de empleo y en la informalidad laboral, fenómenos que tienden a intensificarse cuando los costos laborales suben bruscamente.

¿Qué falta para que se concrete este aumento?

Aunque el anuncio fue realizado de manera simbólica el 1 de mayo, aún no se trata de una ley, por lo tanto, no tiene efecto real. Para que este aumento se haga realidad, es necesario que el proyecto de ley que contemple este reajuste sea enviado al Congreso, discutido y aprobado por ambas cámaras legislativas.

En ese sentido, tanto el Gobierno como la CUT han mostrado optimismo respecto a la viabilidad del acuerdo. Sin embargo, distintos actores políticos han señalado que aún falta conocer con mayor detalle la propuesta, especialmente en lo que respecta a compensaciones para las micro, pequeñas y medianas empresas, que suelen ser las más afectadas por este tipo de alzas.

Otro punto clave será el debate en torno a cómo se financiarían estos incrementos. En años anteriores, incluso se ha contemplado la entrega de subsidios temporales para las empresas de menor tamaño, aunque no ha quedado claro si este tipo de medidas también estarán incluidas en el proyecto que se presente próximamente. Cabe señalar, además, que generalmente ese tipo de subsidios se financian a través de mayores impuestos.

El contexto económico y su influencia

Este anuncio del nuevo ajuste se da en un momento en que la economía chilena muestra señales mixtas. Por un lado, hay una recuperación leve del empleo y una inflación más controlada, lo que podría facilitar el aumento del salario mínimo. Por otro lado, persisten los desafíos de productividad, crecimiento económico bajo y una alta proporción de empleo informal.

Aumentar el sueldo mínimo puede ser una herramienta para mejorar la calidad de vida, pero si no se implementa con cuidado, también puede tener efectos secundarios. Por eso, el análisis técnico detrás del acuerdo ha sido clave para justificar su implementación en dos etapas.

Impacto en las personas ¿Cómo lo reciben los trabajadores?

Para muchos trabajadores, este tipo de anuncios son una muestra de reconocimiento. El alza propuesta de $529.000 cuando se apruebe y, posteriormente, a $539.000 en enero, si es que llegan a aprobarse en el congreso, representan un avance concreto respecto a las metas de salario mínimo que se han fijado en los últimos años. Recordemos que, en mayo de 2023, el sueldo mínimo pasó a $440.000, y desde septiembre de 2023 se fijó en $460.000, para luego llegar a los $500.000 en julio de 2024. El último reajuste elevó el salario a $510.000 a principios de 2025.

El nuevo acuerdo, por tanto, continúa esta senda de aumentos progresivos que se viene dando desde hace al menos tres años. A nivel de bolsillo, se traduce en un mayor ingreso líquido mensual para las familias, lo que puede ayudar a paliar gastos básicos, educación, salud, transporte y alimentación.

Sin embargo, el impacto real del aumento también dependerá de la evolución del costo de la vida. Si los precios continúan en alza, el efecto del reajuste podría verse neutralizado. Por eso, muchas organizaciones han insistido en que este tipo de medidas deben ir acompañadas por una política pública que ayude a controlar la inflación y mejorar los índices económicos macro.

¿Qué dicen las pymes?

Aunque el foco principal de la noticia está puesto en los trabajadores, no se puede dejar de mencionar la inquietud que se ha generado en las pequeñas y medianas empresas, ya que las alzas en el salario mínimo pueden representar una carga importante para este sector de la industria, especialmente si no se contempla un acompañamiento desde el Estado, lo que suele traducirse en subsidios financiados mediante impuestos a diversos rubros productivos. El apoyo a ese sector es muy importante para mitigar la eventual alza del desempleo en el país.

En este sentido, el acuerdo entre Gobierno y CUT estaría considerando mecanismos de apoyo, aunque estos aún no han sido detallados públicamente. Se espera que durante la discusión legislativa se presenten fórmulas de subsidio o gradualidad que permitan implementar los cambios sin afectar el empleo ni a la economía en general.

¿Qué sigue ahora para que el proyecto se vuelva realidad?

En lo inmediato, el Gobierno deberá redactar y presentar el proyecto de ley que materialice el acuerdo. Una vez que esto ocurra, el Congreso deberá analizar la propuesta, discutirla en sus respectivas comisiones de Trabajo y Hacienda, y finalmente votarla. Sólo cuando esto finalice y el proyecto sea promulgado, los nuevos montos podrán entrar en vigencia de forma oficial.

De todas formas, el calendario es muy ajustado considerando que el primer aumento está proyectado para fines de mayo. Si se desea que el reajuste comience en ese mes, es probable que el Gobierno utilice mecanismos legislativos de urgencia para acelerar la tramitación. Sin embargo, si los plazos no dan, también existe la posibilidad de retroactividad del pago desde el 1 de mayo, una vez que la ley esté vigente.

Las próximas semanas serán claves para conocer más detalles, ver cómo se configura el proyecto definitivo y si contará con el respaldo necesario. Mientras tanto, el anuncio ya marcó el tono del debate laboral de este año y refuerza el mensaje de que el salario mínimo debe avanzar en paralelo con el desarrollo económico del país.